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Cómo proteger la piel del sol

Los rayos UVA y UVB del sol son altamente perjudiciales para la salud de la piel si inciden en ella de forma directa y, sobre todo, durante periodos prolongados de tiempo. Además de problemas estéticos como manchas oscuras, envejecimiento prematuro y deshidratación, una excesiva exposición solar también puede acarrear, a largo plazo, problemas de mayor gravedad como cáncer de piel. Por todo esto es que resulta tan importante adoptar las medidas de protección adecuadas cuando vayamos a tomar el sol o a exponernos a las radiaciones solares, ya sea en la playa, en la piscina, en el campo, durante un paseo, etc. Presta atención a todas las recomendaciones de este artículo de unComo y asegúrate de proteger la piel del sol correctamente.

Pasos a seguir: 1

Para reducir al máximo los riesgos que conlleva exponer la piel al gran astro, además de intentar estar o permanecer el mayor tiempo a la sombra, lo ideal es evitar tomar el sol en las horas del día en las que los rayos UVA y UVB indicen con más intensidad, que son entre las 10 horas de la mañana y las 15 horas de la tarde.

Por otro lado, los expertos recomiendan no exponerse al sol de forma directa más de 30 minutos al día, por lo que ceñirte a esta premisa es lo mejor que puedes hacer para evitar que tu piel resulte dañada, se envejezca de forma prematura o llegue a estar enrojecida o quemada. Así mismo, también es aconsejable que las primeras exposiciones se realicen de manera progresiva, es decir, empezando por unos 10 minutos e ir aumentando el tiempo poco a poco pasando a los 15 minutos, a los 20 minutos y, así, sucesivamente. Es preferible tomar el sol en movimiento que quedarse inmóvil en un sitio durante mucho tiempo.

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El uso de una crema solar es esencial para proteger la piel del sol, evitar quemaduras y obtener un bronceado saludable y bonito. Este tipo de productos permiten filtrar los rayos UVA que son los que afectan a aquellas capas más internas de la piel, y los rayos UVB que son los responsables de los daños que suceden en las capas externas de la dermis y provocan que esta se enrojezca y queme.

Uno de los aspectos básicos en los que debes fijarte es en elegir el factor de protección adecuado en función de las necesidades de tu piel. A continuación, te detallamos las recomendaciones más importantes a la hora de comprar la crema solar:

  • Opta por protectores solares de marcas de calidad y si puedes comprarlo en una farmacia, muchísimo mejor.
  • Las mejores cremas solares son aquellas que permiten filtrar tanto los rayos UVA como los rayos UVB.
  • Fíjate que en el envase estén indicadas las siglas SPF (factor de protección solar) y que este sea del 30 o más. Los niños y las personas con piel sensible o muy blanca deben elegir un factor de protección del 50.
  • Son preferibles los bloqueadores que son resistentes al agua, con los que la protección se mantendrá aún cuando te bañes, te mojes o sudes.
  • Además de esto, es importante utilizar una crema solar específica para la piel del rostro, ya que esta es mucho más fina y sensible que la del cuerpo. En este sentido, se recomienda un factor de protección de entre el 30 y el 50 para personas con pieles muy blancas, con pecas, que se queman con facilidad o que tienen sensibilidad al sol. Por otro lado, los que se broncean fácilmente y que no suelen quemarse, pueden elegir un factor entre el 15 y el 20. Si quieres ampliar esta información, consulta el artículo Cómo elegir un protector solar para la cara.
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No solo basta con elegir la loción adecuada, sino que debes aplicarla correctamente y hacer un buen uso para conseguir que actúe con eficacia y proteja tu piel del sol. En primer lugar, debes tener en cuenta que tendrás que usar el protector solar especialmente en verano, pero también en otras estaciones del año, especialmente en aquellas zonas como la cara, el cuello o el escote que pueden quedar siempre expuestas a los rayos solares. Así mismo, tendrás que llevar a cabo la aplicación del producto unos 30 minutos antes de salir de casa, así la piel tendrá tiempo suficiente para absorberlo por completo.

Vierte una generosa cantidad de la crema solar en tu mano y empieza a aplicarla por todas las zonas que vayas a exponer al sol, sin olvidar partes como los pliegues de las rodillas, las axilas, los pies, las orejas, la nuca, etc. Cada 2 horas es esencial renovar la aplicación y/o hacerlo antes si se ha tomado un baño o se ha sudado mucho.

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Además de la debida crema solar, otra medida para proteger la piel del sol es la utilización de las prendas de ropa adecuadas. Siempre es recomendable usar un sombrero o una gorra que le proporcione sombra a la cara, llevar gafas de sol para evitar que los rayos UVA y UVB perjudiquen la salud de los ojos y la vista, y elegir prendas que sean frescas y ligeras pero que garanticen una buena protección. En el caso de que vayas a realizar actividades o deportes al aire libre, siempre son aconsejables las prendas que cuentan con un logotipo amarillo en el que se especifica el factor de protección solar.

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Durante el tiempo que permanezcas frente a las radiaciones solares, procura mantenerte bien hidratado/a ingiriendo abundantes cantidades de agua fresca y líquidos saludables o refrescantes, como jugos, batidos, granizados, etc., o alimentos que tengan mucha agua, como la piña, la sandía, el melón, el tomate, entre otros. Esto evitará que tu cuerpo se deshidrate y pueda ser víctima de un golpe de calor o insolación.

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Con todas estas recomendaciones, tu piel estará perfectamente a salvo de los efectos nocivos del sol y se mantendrá siempre en perfectas condiciones. No olvides hidratarla en casa una vez finalice la jornada para que no se enrojezca y pueda recuperarse de forma eficaz; hazlo siguiendo los consejos del artículo Cómo hidratar la piel después del sol.

Por último, para prevenir problemas de salud severos, como el cáncer de piel, te invitamos a que estés atento/a a cualquier cambio que presenten tus lunares y que acudas a un dermatólogo lo más rápido posible en caso de observar asimetría, bordes irregulares, variaciones significativas en su color, etc.