Enseñar a los niños a bailar es uno de los trabajos más gratificantes dentro de la comunidad artística. Si bien a veces es un desafío, está marcando la diferencia en las vidas de los pequeños, uno de los cuales puede crecer algún día y convertirse en un bailarín extremadamente exitoso.
Las alegrías de enseñar a los niños a bailar
A los niños les encanta que los guíen y absorberán cualquier nuevo conocimiento que se les ponga a su disposición. Para innumerables niñas (¡y niños!) cada año en los Estados Unidos, la familiaridad con las artes se convierte en una importante base de conocimientos. Y dado que a los niños les encanta estar activos, tomar una clase de baile suele ser un paso lógico.
Si eliges convertirte en profesor de baile, tu vida estará llena de muchas ventajas. Un horario flexible y fácil, un trabajo que se duplica como un entrenamiento diario y la oportunidad de ser infinitamente creativo. Sin embargo, el mejor regalo de todos seguramente será la alegría de enseñar a los niños. Con sus personalidades intrépidas y su voluntad de probar cualquier cosa, te encontrarás trabajando para mantenerte al día con los niños, ¡y no al revés! Enseñar a los niños te da la oportunidad de transmitir algo que es muy especial para ti, tu amor por la danza, y disfrutar la oportunidad de ver cómo se interpreta a través de un pequeño cuerpo que aprende a moverse como un bailarín.
Sin embargo, enseñar a los niños a bailar también puede ser difícil. Algunos niños están en clases de baile solo porque sus padres los dejaron allí, y muchas familias tratan las actividades extracurriculares como un servicio de guardería en lugar de una oportunidad de enriquecimiento. Algunos niños serán demasiado tímidos o desinteresados para participar plenamente, dejándote con el incómodo desafío de obligar a un niño a hacer algo que simplemente no les importa mucho. Los padres también pueden ser un desafío, examinando todo, desde los precios hasta la selección de disfraces y música. Así que prepárate:tu trabajo será maravilloso y gratificante, pero definitivamente habrá días difíciles en el camino.
Cómo convertirse en profesor de danza
Muchos profesores de danza tienen su título universitario en danza. Sin embargo, no siempre es obligatorio. Dependiendo del estudio en el que solicite un trabajo, sus requisitos variarán. Algunos prefieren a aquellos con al menos una licenciatura en artes, mientras que otros contratarán a un ex alumno que se ha abierto camino en las filas. Si tiene alguna educación en desarrollo infantil, esto también puede impulsar su currículum a la cima de la pila cuando se trata de trabajar con niños en el estudio de danza.
Crear tu clase
Enseñar a los niños a bailar es fácil, siempre y cuando seas organizado. Los niños pueden sentir nervios y falta de preparación, así que dedique algo de tiempo cada semana a proporcionar un entorno estructurado y ordenado mientras están bajo su cuidado. Todas las clases de baile comienzan con calentamientos, y los niños también necesitarán tiempo en la pista para repasar lo que han aprendido la semana anterior. Si está enseñando ballet, dedique un tiempo a presentarles la barra y los ejercicios que se realizan allí, y si está enseñando hip hop, déles tiempo para que hagan estilo libre con una canción pegadiza. Cada género de baile tiene diferentes formas de ser creativo, así que no temas probar cosas nuevas u observar una clase de baile en el estilo que elijas para obtener ideas.
Hora del recital
Cuando eres profesor de danza infantil, la hora del recital es el momento más importante. Está organizando un programa que muestra a los padres por lo que pagaron y también funciona como un anuncio de su estudio para aquellos que pueden haber venido para apoyar a un joven artista, pero que tienen sus propios hijos.
Consulte a sus padres favoritos sobre el vestuario y la temática, para que siempre pueda mantenerse en contacto con lo que esperan sus clientes y elegir canciones que disfrutarán tanto los padres como los niños. Por último, asegúrese de que cada niño se sienta especial y orgulloso de su logro en el escenario:el aliento y el elogio siempre son, ante todo, la parte más importante de su trabajo.