Solemos asociar el término "retinol" a la cosmética, pero ¿realmente qué es el retinol y para qué sirve? La respuesta corta es que el retinol es uno de los compuestos presentes en la vitamina A, un gran antioxidante fundamental para el correcto desarrollo de tejidos, huesos y órganos.
El retinol es un clásico en tratamientos médico-estéticos debido a sus múltiples y efectivas propiedades, sin embargo, en el siguiente artículo de unCOMO detallaremos los impactantes beneficios de este derivado y te contaremos todo lo que debes saber sobre el retinol: qué es y para qué sirve, así como cuáles son los efectos secundarios del retinol que debes tener en cuenta antes de apostar por un tratamiento en concreto.
Qué es el retinol
Genéricamente, el retinol es uno de los compuestos activos de la vitamina A, motivo por el cual también se le llama vitamina A preformada. Pertenece a la familia de los retinoides y, aunque todos ellos son parecidos (ácido retinoico, retinol palmitato, retinaldehído, etc.), no son exactamente lo mismo. La principal diferencia entre ellos radica en su interacción con nuestro organismo.
La forma más pura y activa de los retinoides es el ácido retinoico, pero también es el que tiene más efectos secundarios para nuestro organismo y, por lo tanto, se destina a tratamientos bajo supervisión médica. El retinol, por otro lado, es más inocuo, razón por la cual es el metabolito más utilizado en tratamientos que no necesitan prescripción médica; los tratamientos estéticos de uso tópico, los productos cosméticos, etc.
El retinol es un compuesto delicado, pues sus moléculas inestables se pueden ver afectadas por factores tan básicos como la luz y el aire. Se oxida con facilidad y, a medida que se corrompe, pierde efectividad. Es por ello que este producto se puede encontrar en diversos formatos que tratan de preservar su pureza: cápsulas, ampollas, dosificadores, etc. Las constantes investigaciones para mantener su estabilidad dan lugar a nuevos compuestos, como es el caso del retinol palmitato; una forma de retinol esterificada con ácido palmítico.
Dónde se encuentra el retinol
El retinol está presente en frutas y verduras ricas en vitamina A. Mediante la alimentación, los seres vivos lo sintetizamos y almacenamos en el hígado, por eso también está presente en productos de origen animal que forman parte de nuestra dieta. Una regla generalizada para saber qué vegetales tienen un alto contenido en retinol es su color: verduras de hoja verde (lechuga, espinaca, etc.) y otros vegetales y frutas de color naranja (zanahoria, calabaza, melocotón, albaricoque, naranja, etc.).
No obstante, si quieres garantizar un aumento de retinol en tu organismo, te recomendamos optar por productos dietéticos, médicos u homeopáticos ricos en vitamina A.
Para qué sirve el retinol
El retinol de uso tópico es uno de los productos más utilizados en cosmética por sus efectos en nuestra piel, y más concretamente para la formación y conservación de las células epiteriales. Esto, en pocas palabras, significa que dependiendo del retinol que contenga nuestro organismo tendremos una buena piel o no, es decir, una piel sana y elástica durante mucho tiempo.
Es por ello que el retinol para las arrugas es uno de los remedios más habituales en el mundo de la estética, pues se trata de una sustancia presente en casi todos los tratamientos anti edad que existen. Esto se debe a sus increíbles efectos regeneradores sobre las células de nuestra piel y a su alto poder antioxidante. Así pues, el retinol es uno de los grandes milagros antiaging de la cosmética moderna. En el siguiente artículo de unCOMO te explicamos con más detalle Cómo usar el retinol para las arrugas, así que si tu objetivo es lucir una piel más joven, no te pierdas los sencillos pasos que te ofrecemos.
Sin embargo, y aunque este es su uso más habitual, no podemos dejar de hablar del retinol para el acné. La acción queratolítica del retinol exfolia las células muertas de la piel y desbloquea los poros, logrando así una limpieza profunda muy beneficiosa para las personas en tratamiento por acné.
La ligereza molecular del retinol le permite penetrar en las capas más profundas de la piel para regular la producción de sustancias tan vitales para nuestro organismo como la melanina, la elastina, el colágeno o el ácido hialurónico. Pero no solo debemos hablar del retinol para la piel, ya que el color de nuestros ojos, así como el tener una buena vista son también responsabilidad del retinol. Esto se debe a que dicho derivado actúa directamente sobre la formación y la salud de la retina, de ahí su nombre.
Efectos secundarios del retinol
A pesar de sus múltiples beneficios, es fundamental conocer los efectos secundarios que puede tener el retinol. Estos posibles efectos pueden evitarse sin problemas, no obstante, desde unCOMO queremos que los conozcas bien:
- Irritaciones y picores: un exceso de retinol puede resultar agresivo para la piel(especialmente en pieles sensibles). Para evitar que esto suceda y se produzcan irritaciones y quemazones en tu piel, evita sobrepasar la dosis diaria recomendada.
- Manchas en la piel: no es conveniente la exposición al sol después del uso inmediato del retino, ya que la oxidación del retinol con la luz podría provocar manchas en la piel y cambios de pigmentación. Desde unCOMO te recomendamos usar el tratamiento por la noche y combinarlo siempre con el uso de protectores solares durante el día.
- Intoxicación: en casos muy extremos, ingerir oralmente una cantidad desmesurada de retinol (o vitamina A) puede provocar intoxicación. La toxicidad del retinol se debe a que nuestro cuerpo lo almacena en el hígado, de modo que si la cantidad ingerida es demasiado elevada, el hígado no logrará metabolizarlo e interferirá con su correcto funcionamiento. La toxicidad hepática puede causar también anemia, cambios de presión arterial (que se materializan en dolores de cabeza y alteraciones del sueño, por ejemplo), fotosensibilidad (sensibilidad a la luz que puede afectar a nuestra vista y a nuestra piel) y problemas tanto óseos como musculares.
Debido a estos efectos secundarios, el retinol está contraindicado durante el embarazo y el periodo lactancia. Si se ingiere, debe ser en forma de productos homologados que hayan pasado un control de calidad y siempre bajo la supervisión profesional de un médico.