El bicarbonato de sodio se ha introducido de lleno en el mundo de la cosmética natural y son muchos los trucos de belleza que se pueden llevar a cabo con él. Entre los más destacados, encontramos que funciona genial para exfoliar la piel pues permite eliminar las impurezas y recuperar la suavidad y y luminosidad natural del rostro. Si quieres descubrir una estupenda receta casera para embellecer tu cutis de forma económica, toma nota de la que te mostramos en este artículo de unComo sobre cómo hacer un exfoliante de bicarbonato de sodio.
Pasos a seguir: 1El exfoliante de bicarbonato de sodio se puede preparar exclusivamente mezclando este producto con un poco de agua pero para obtener unos resultados más precisos, limpiar la piel en profundidad y dejarla mucho más suaves, en unComo te proponemos agregar un ingrediente más a la receta: harina de avena, la cual es ideal tanto para el tratamiento de pieles grasas como secas. Así necesitarás reunir:
- 2 cucharadas de bicarbonato de sodio
- 2 cucharadas de harina de avena
- agua
Para elaborar este exfoliante casero de bicarbonato, coge un recipiente un poco hondo para poder hacer la mezcla de los ingredientes. Primero, agrega el bicarbonato y la harina de avena y, seguidamente, añade un poco de agua. Remueve con la ayuda de una cuchara hasta obtener una especie de pasta un tanto espesa, en el caso de que quede muy sólida solo tendrás que añadir más agua, ¡y listo! Asimismo, las mujeres con piel grasa también pueden agregar unas gotas de jugo de limón perfecto para reducir la oleosidad del rostro.
3Después de estos sencillos pasos, solo debes aplicar el exfoliante sobre el rostro bien limpio. Hazlo mediante masajes suaves y circulares extendiéndolo de forma uniforme por todas las zonas de la cara e incidiendo especialmente en la frente, las aletas de la nariz, la barbilla que es donde se suele acumular más grasa y suciedad. Evita, por el contrario, aplicarlos sobre el contornos de ojos.
4Continúa con la exfoliación durante al menos 3 o 4 minutos y al finalizar, retira el producto del rostro aclarando con abundante agua tibia hasta que no quede ningún resto granulado en la piel. No olvides colocar un tónico facial y una crema hidratante adecuada a tu tipo de piel después de terminar el tratamiento exfoliante, así lograrás cerrar todos los poros y dejar tu cutis humectado y completamente liso.
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