Los pies padecen a diario el roce con los zapatos y la tensión de tener que aguantar todo nuestro peso, por lo que no es de extrañar que se resientan y estén más ásperos al tacto que cualquier otra parte del cuerpo. La resequedad, las grietas y las durezas le dan a nuestros pies una apariencia muy poco estética, y para combatirlas y evitar que aparezcan es esencial hidratarlos y cuidarlos con regularidad de manera especial. Si quieres tener unos pies suaves y que luzcan hermosos con todas tus sandalias y zapatos abiertos, sigue los consejos de este artículo de unComo. ¡Te sorprenderá el resultado de los tratamientos!
Pasos a seguir: 1¡Empezamos por el lavado! Es muy importante que laves tus pies cada día con agua tibia o fría y jabón, que los enjuagues bien y los seques con una toalla limpia. Ahora bien, para que tus pies queden extra suaves y sedosos, nada mejor que hacer un baño de pies que dure entre 10 o 20 minutos aproximadamente. Hay dos formas de llevarlo a cabo y ambas dejarán tus pies como nuevos, toma nota:
- Llenar un recipiente amplio con agua tibia, añadir un puñado de sal gruesa y unas gotas de algún aceite esencial (de rosas, de lavanda, de romero, etc.) para aportarles un olor agradable. Deja los pies en remojo durante 15 o 20 minutos.
- Agrega en un recipiente amplio 5 tazas de agua tibia y 1 taza de leche también tibia, mezcla y sumerge los pies dejándolos reposar durante 10 o 15 minutos.
Pasado ese tiempo, antes de retirar los pies y secarlos, te aconsejamos realizar una exfoliación profunda, la mejor tarea estética para tener unos pies suaves y bellos. Para acabar con todas las durezas y las callosidades, deberás usar la piedra pómez. Así, eliminarás todas las asperezas de los pies y la piel quedará completamente lisa.
Mantén tus pies en el agua y pasa la piedra pómez por todas aquellas áreas ásperas mediante movimientos circulares y suaves. Al finalizar, saca los pies del agua y sécalos muy bien con una toalla, incidiendo en las zonas que han entre los dedos. Se recomienda utilizar la piedra pómez de una a tres veces por semana, por lo que si lo que deseas es exfoliar tus pies todos los días, puedes hacerte con una loción exfoliante para pies de uso diario o probar algunas de las recetas caseras que te mostramos en el artículo Cómo hacer crema exfoliante para pies.
3En muchas ocasiones, después de la ducha dedicamos unos minutos a hidratar la piel del cuerpo con una buena crema corporal pero nos olvidamos de extenderla también por los pies. Esto es algo que se debe corregir si se quiere tener pies suaves; no olvides aplicarles crema, especialmente en el área del talón y la planta que son las que suelen estar más resecas.
4Además de hidratarlos con una crema nutritiva, también puedes valerte de algunos remedios naturales que son magníficos para suavizar los pies y potenciar su belleza. A continuación, te detallamos los que ofrecen mejores resultados:
- Manteca de cacao
- Vaselina
- Aceite de coco
- Agua de rosas
Aplica una cantidad generosa de alguno de estos productos sobre tus pies antes de irte a dormir, colócate unos calcetines finos, descansa con ellos puestos y, a la mañana siguiente, enjuágalos con abundante agua y comprobarás los increíbles resultados: pies tan suaves como los de un bebé.
5Uno de los mejores tratamientos para hidratar manos y pies que existen es el que se realiza con parafina, una sustancia derivada del petróleo que se utiliza con fines cosméticos debido a sus propiedades hidratantes y a que aporta suavidad y brillo. Este tratamiento suele llevarse a cabo en centros profesionales de estética, pero también puedes probarlo en casa teniendo en cuenta las siguiente recomendaciones.
Primero, deberás derretir la parafina sólida a una temperatura de entre 45 y 55 grados; una vez esté líquida, deja que se temple para evitar que se produzcan quemaduras en la piel. Luego, puedes aplicarla con una brocha sobre aquellas zonas de los pies más resecas o, bien, verterla en un recipiente y sumergir los pies. Deberás esperar a que la parafina se seque sobre la piel y, entonces, cubrir la zona con papel film y dejar reposar durante 15 minutos.