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Cómo hacer una limpieza de cutis en casa

Aprende a hacer una limpieza facial en tu casa de una forma rápida y con resultados 100% profesionales. Si no quieres destinar parte de tu dinero semanal en acudir a la estética, una buena opción es hacer tú misma tus propios cosméticos y repetir esta rutina de limpieza una vez por semana. En unComo vamos a mostrarte, paso a paso, cómo hacer una limpieza de cutis en casa para poder lucir un rostro rejuvenecido, libre de impureza y perfectamente hidratado. Y, lo mejor: ¡sin moverte de casa! Sigue leyendo y descubre cómo conseguirlo.

Pasos a seguir: 1

Lo primero que tenemos que hacer antes de comenzar con este tratamiento casero es limpiar la piel en profundidad y, para ello, es importante que lo hagas con un jabón o gel limpiador que esté adaptado a las condiciones de tu cutis. Esta es la manera más idónea de conseguir eliminar las impurezas que se hayan acumulado en el rostro y que podrían hacer que el resultado del tratamiento no fuera el óptimo.

Para escoger el jabón con el que limpiarás tu rostro, tendrás que tener en cuenta tu tipo de piel pues, no será el mismo, si tu piel es grasa, seca o mixta. En el caso de que tu piel sea muy sensible, lo mejor es que optes por limpiadores que no tengan fragancias ni alcohol y que tenga el pH neutro, de este modo, evitarás la aparición de rojeces o irritación.

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El siguiente paso de la limpieza de cutis en casa consiste en remover de forma profunda cualquier imperfección o rastro de suciedad que no se haya conseguido quitar con el primer paso; para lograrlo, lo mejor que se puede hacer es un aplicar un exfoliante facial. La manera de hacerlo es muy sencilla: tienes que tener el cutis ligeramente húmedo, entonces, aplica el exfoliante en pequeñas cantidades empezando por la frente para ir bajando por el contorno de la cara. No olvides la nariz, los pómulos o la barbilla, ya que también son zonas propensas a acumular suciedad.

El proceso de exfoliar la piel es muy sencillo: tendrás que restregar el producto haciendo movimientos circulares y presionando ligeramente para conseguir destaponar los poros que estén obstruidos.

Si no quieres comprar un exfoliante, te gustará saber que con el azúcar que normalmente cocinas puedes conseguir elaborar un exfoliante casero y muy eficaz. Gracias al grosor del azúcar, se puede limpiar profundamente la piel y, además, llenarla de los nutrientes que contiene este producto. Para hacerlo, tan solo bastará con que eches en tu mano una cucharada de azúcar y la mezcles con un poco de agua, pásala sobre tu rostro con movimientos circulares y verás lo limpia que te queda la cara.

Además del azúcar, hay muchos más tratamientos como la avena, la miel, etcétera. En unComo te descubrimos los exfoliantes caseros para el rostro para que, así, escojas el tuyo.

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Una vez hecha la exfoliación, el siguiente paso es abrir los poros para poder proceder a hacer la limpieza en profundidad. Para conseguirlo, bastará con que nos hagamos unos baños de vapor ya que el calor conseguirá abrir los poros y prepararlos para limpiarlos. La manera de hacer esto, es muy sencilla: tendrás que poner agua a hervir y, cuando esté lista, apaga el fuego y acerca tu rostro a unos 30 centímetros de la olla.

Para que no se escape el vapor, lo mejor es que cubras tu cabeza con una toalla y te quedes en esta posición unos 10 minutos, aproximadamente. Con esto conseguirás que se abran los poros de tu piel pero, además, también consigue que la piel esté mucho más relajada ya que el calor mejora la circulación de la sangre.

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Cuando tenemos los poros abiertos, es el momento ideal para comenzar con la limpieza propiamente dicha. ¿Qué quiere decir? Pues que tendremos que extraer los puntos negros y granitos que tengamos en la cara. Para ello, lo mejor es que tengamos las manos completamente limpias y que vayamos extrayendo las espinillas o los puntos negros con la yema de los dedos, nunca con las uñas pues podríamos hacernos herida y dejarnos una horrible marca.

Es posible que te salga algo de sangre, este es el indicador que te dirá que ya está limpio y, por tanto, no tienes que seguir apretando. Un consejos es que en lugar de limpiarte los poros con la yema de los dedos, te los envuelvas con gasas antisépticas que están desinfectadas. En el caso de que tengas un grano con pus, te invitamos a leer nuestro artículo de unComo en el que te mostramos todos los consejos para que puedas quitar un grano de pus.

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Cuando hayas terminado de limpiar el cutis, el siguiente paso es aplicar el tónico con un algodón o con tus dedos (que deben estar limpios). El tónico tiene una función esencial para este tratamiento de belleza: consigue eliminar cualquier impureza que no haya podido ser eliminada con los pasos anteriores. Pero, además, también es imprescindible pues consigue cerrar los poros completamente y, por tanto, hacer que tu piel quede limpia y resguardada de cualquier agente contaminante externo.

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Para finalizar con la limpieza de cutis casera, el último paso que tenemos que seguir es hidratar la piel. Después de toda la limpieza, nuestro rostro estará dañado y enrojecido, así que no hay nada mejor como nutrir profundamente y regenerar la salud del cutis. Para ello tienes varias opciones: puedes escoger una mascarilla hidratante ya preparada o, si no quieres químicos ni gastar dinero, puedes aprender a hacerte una tú misma.

En este sentido, la planta de aloe vera es una de las mejores opciones para hidratar y regenerar la dermis. Para hacer esta mascarilla casera, tan solo tienes que cortar una hoja de sábila y retirar el gel que podrás ver en el interior, que tiene un aspecto viscoso y gelatinoso. Ponlo en un recipiente y añade el jugo de 1 limón, mézclalo todo bien para que se integren los dos componentes y, luego, aplícalo sobre tu rostro. Deja que actúe 20 minutos y, luego, enjuaga con agua tibia.

Esta es tan solo una de las múltiples opciones que hay, si quieres saber más, te invitamos a leer nuestro artículo en el que te contamos cómo hidratar la piel de manera natural.