La piel del rostro es una de las zonas más sensibles del cuerpo y si se trata de una tez delicada su cuidado debe ser muy exhaustivo. Debido a su vulnerabilidad y reacción negativa a los compuestos químicos de los cosméticos regulares, es preferible tratar la piel delicada con mascarillas hechas en casa que apoten vitalidad e hidratación a través de sus ingredientes naturales. En este artículo de unComo.com te ofrecemos algunos consejos de cuidado y te enseñamos cómo hacer mascarillas para la piel delicada.
Antes de hacer mascarillas
Es importante que antes de aplicar cualquier cosa en tu rostro, conozcas cuál es el efecto de los ingredientes de la mascarilla en tu piel. Por esta razón recomendamos que tomes un poco de tu mascarilla preparada y apliques detrás del lóbulo de la oreja o en el codo, para ver si sucede alguna reacción alérgica. Si una vez untada la crema, y pasado algunos minutos, no ocurre nada, puedes comenzar con su aplicación total.
Asimismo, las pieles delicadas no toleran todo tipo de mascarillas faciales por más naturales que sean, por lo que es bueno que aprendas a reconocer cuáles productos suelen ser ideales para el cuidado de tu rostro y que sirven como base de tus mascarillas caseras. Algunos de ellos son la leche y el yogur que ofrecen una suavidad e hidratación duradera. El pepino, por sus propiedades antiinflamatorias, es una excelente opción para desinflamar los ojos después de una mala noche de sueño.
Mascarilla de yogur y miel
Cuando de limpiar, evitar arrugas e hidratar tu piel se trata, el yogur es tu mejor aliado. Su contenido en vitamina A ayuda a que tu piel se mantenga tersa por mucho más tiempo, la protege de las impurezas y disimula las manchas solares. Por esta razón te proponemos esta mascarilla casera a base de yogur, miel y harina de maíz. Prepararla es muy fácil, mezcla la mitad de un yogur natural con dos cucharadas de miel y agrega harina hasta encontrar la consistencia tu preferencia. Aplícala en el rostro y deja reposar durante 15 minutos. Luego enjuaga con agua fresca.
Mascarilla de pepino
El pepino es un vegetal mágico, tanto para el cuerpo como para la piel. Su efecto astringente es ideal para cerrar los poros y hacer que el maquillaje perdure por más tiempo. Una mascarilla de pepino dejará tu rostro suave y con una frescura inigualable. Para hacer la mascarilla de pepino licua un pepino con su piel y luego pásalo por el colador, mézclalo con tres cucharadas de aceite de oliva y úntalo en tu rostro. Espera 15 minutos y luego lava tu cara con agua fresca.
Mascarilla de uvas
Para nadie es secreto que las uvas tienen un poder antienvejecimiento que muchas cremas antiarrugas envidian. Por eso son un contenido base habitual en las mascarillas del rostro, ya que además de su agradable arroma, ofrecen oxigenar tu tez y activar la producción de colágeno, favoreciendo la elasticidad de tu piel.
Prepara una mascarilla para tu piel delicada exquisita pelando dos uvas y extrayéndoles las semillas, luego tritúralas y mézclalas con el líquido de dos cápsulas de vitamina E. Aplica todas las noches antes de dormir durante 20 minutas y luego enjuaga tu rostro con agua fresca.
Mascarilla de melón
El efecto tensor del melón sobre la piel lo convierte en un fruto ideal para combatir la flacidez. Esta mascarilla para la piel delicada es ideal para aplicar en el rostro y en el cuello y es muy fácil de preparar: licua trozos de melón con dos curadas de miel y dos cucharadas de aceite de oliva. Aplícala en el rostro y deja actuar durante 20 minutos. Luego enjuaga con agua fresca y pasa sobre tu rostro un cubo de hielo para cerrar los poros y conservar el efecto tensor.