Cada vez que aplica una crema de manos, es recomendable dar un pequeño masaje. La acción vigorosa estimula la corriente sanguínea hacia la piel, lo que resulta tan importante como las propias cualidades suavizantes de la crema. De vez en cuando puede tratar sus manos dándoles un masaje completo.
Pasos a seguir: 1Calienta las manos agitándolas suavemente. Si están frías, introdúcelas unos segundos en agua caliente. El calor hará que la crema hidratante penetre mejor en la piel.
2Aplica la crema de manos sobre la palma de las manos. En el masaje nocturno elije la crema de manos más adecuada para tu piel, esta información te la facilitará tu dermatólogo. Frota bien la crema entre ambas palmas.
3Frota ahora con la crema de manos el dorso de la mano. En general, suele ser la parte más seca de las manos, pues es por donde la piel se halla más expuesta al aire.
4Imagine que se está poniendo unos guantes y trabaje lentamente cada dedo. Concéntrese en las articulaciones y en los lados de los dedos:
5Dé un masaje en las dos manos con suaves movimientos hacia abajo desde los dedos hacia las muñecas. Rebaje las manos y sienta cómo se liberan de la tensión.