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Cómo saber mi tipo de piel

¿Piel normal, grasa, seca? Saber cuál es nuestro tipo de piel es algo esencial para poder brindarle los cuidados que necesita para mantenerse saludable y lucir hermosa. Además, es importante conocer las características de la dermis y asegurarnos de que estamos eligiendo los productos adecuados antes de aplicarlos, ya que de lo contrario podríamos ocasionar graves daños en su estructura y perjudicar su buena apariencia. Si aún no tienes muy claro cómo saber tu tipo de piel, presta atención a este artículo de unComo y sal de duda de una vez por todas.

Piel normal

La piel normal no presenta ningún tipo de desequilibrio y se caracteriza por una apariencia mate y luminosa. Cuenta con una buena hidratación, por lo que su aspecto es lozano y con un tacto aterciopelado. Debido a que su pH está equilibrado, no son visibles los brillos ni sufren la aparición frecuente de impurezas o espinillas. Además, los poros son muy pequeños y se encuentran perfectamente cerrados.

Es propia de personas que se alimentan bien y cuyo organismo funciona con total normalidad; sin embargo no es un tipo de piel muy usual, ya que una dermis que en un inicio es normal, puede sufrir cambios debido a los agentes externos con los que entre en contacto o a los cambios internos.

Cuidados:

  • Aplicar una crema hidratante cada día.
  • Hacer uso de cremas antiarrugas cuando se tenga la piel madura.
  • Limpiar la piel con jabones líquidos suaves y aplicar, posteriormente, un tónico facial para que los poros no se abran.

Piel seca

Debido a una insuficiente producción de lípidos a nivel de la epidermis, la piel seca es tirante, áspera al tacto, quebradiza, opaca, mate y apagada. La falta de humedad natural hace que esté deshidratada y se presente descamación en algunas zonas, irritaciones, sequedad extrema, sensibilidad, sensación de calor y picazón.

Además, los poros son lisos y finos, y tiene una mayor tendencia a desarrollar líneas de expresión, arrugas y manchas. Es por ello que en muchas ocasiones parece más vieja de lo que en realidad es.

Cuidados:

  • Usar leches o cremas limpiadoras que no deban aclararse.
  • Evitar los jabones agresivos.
  • Aplicar una crema humectante que contenga protección solar tanto por la mañana como por la noche.
  • No utilizar productos cosméticos que contengan alcohol.
  • Hacer uso de cremas antiedad (a partir de los 25 años) que contengan componentes como retinol, ácido glicólico, colágeno, vitamina E.

Para más detalles, te recomendamos que consultes el artículo Cómo cuidar la piel seca de la cara.

Piel grasa

Este tipo de piel sufre los efectos de una excesiva producción de grasa de las glándulas sebáceas. Esto provoca entre otros síntomas aparición de brillos, especialmente en la zona T (frente, nariz y barbilla), poros dilatados que se obstruyen con facilidad, aspecto apagado y continua formación de imperfecciones cutáneas.

Su mayor problema son los puntos negros, los granos y su fuerte tendencia al acné; por el contrario, su ventaja es que, a diferencia de la piel seca, envejece de forma más lenta.

Cuidados:

  • Utilizar un gel limpiador a base de agua, evitando aquellos con aceites o de textura muy cremosa.
  • Aplicar un tónico facial astringente para reducir la grasa excesiva.
  • Usar una crema hidratante en formato gel que sea libre de aceites.
  • Realizar exfoliaciones semanales para eliminar impurezas.

Descubre más recomendaciones en el artículo Cómo tratar la piel grasa.

Piel mixta

La piel mixta es quizás el tipo de piel más difícil de cuidar, pues es una combinación entre las dos anteriores. Es decir, se caracteriza por presentar la zona T (frente, nariz y barbilla) con exceso de grasa y, por el contrario, las demás zonas (mejillas y contorno de ojos) son más bien secas.

Cuidados:

  • Utilizar geles limpiadores a base de agua específicos para pieles oleosas.
  • Aplicar cremas hidratantes libres de aceites.
  • Exfoliar la piel una vez a la semana.
  • Para evitar su tendencia a la flacidez, aplicar cremas antiedad enriquecidas con vitamina C.

Para más detalles, consulta el artículo Cómo cuidar la piel mixta.

Piel sensible

La piel sensible puede presentar cualquiera de las características mencionadas anteriormente, pero además suele irritarse al entrar en contacto con la mayoría de productos o al exponerse a temperaturas extremas.

Se caracteriza por ser demasiado fina, irritarse y enrojecerse con muchísima facilidad. Son frecuentes los salpullidos, los picores, las descamaciones y la sequedad. Sufre también de falta de suavidad y envejecimiento prematuro.

Cuidados:

  • Utilizar productos cosméticos hiporalergénicos.
  • Lavar la cara con una leche limpiadora sin aclarado.
  • Aplicar cremas hidratantes que contengan sustancias descongestivas y calmantes.
  • Proteger la piel de los rayos UV con un bloqueador solar de factor elevado.

Descubre más detalles en el artículo Cómo cuidar la piel sensible.