Los sueños son algo fascinante, historias que nacen en nuestra propia cabeza pero que parecen llevadas por los designios de otra persona. Desde hace muchas generaciones que las personas se preguntan qué es eso que nos sucede mientras estamos durmiendo y qué significado puede tener en la vida real.
Lo cierto es que aún desconocemos muchas de las cosas que suceden en nuestro cerebro, y aún más de lo que pasa cuando estamos durmiendo. Hay multitud de preguntas para las que no tenemos respuesta, sin embargo, hay otras que la ciencia ya ha podido desvelar. Por qué no recuerdo los sueños al despertar es una de ellas y en el siguiente artículo de unCOMO te lo vamos a desvelar.
Por qué soñamos
Desde el primer momento en el que la humanidad ha pisado la tierra y dormido en ella que se ha preguntado acerca del significado de las historias que se suceden en nuestras cabezas durante el sueño. ¿Tienen algún vínculo con la realidad?, ¿nos cuentan algo sobre el mundo?, ¿son premoniciones?
No son pocas las culturas que han utilizado los sueños como parte de su estrategia política y militar, basando en sus interpretaciones los designios que guiarían sus pueblos. Por eso no es de extrañar que, cuando hemos tenido las herramientas tecnológicas necesarias para poder adentrarnos un poco más en nuestro cerebro, hayamos querido descubrir qué es lo que se esconde detrás de nuestros sueños. En este punto, la comunidad científica tiene ciertas dudas y versiones, la realidad es que el cerebro es un órgano que aún desconocemos bastante, pero eso no significa que no podamos formular algunas teorías sobre cuál es el origen de los sueños y por qué soñamos. Lejos de las teorías psicoanalíticas que Sigmund Freud, en las que defendía que los sueños eran una deformación de nuestros deseos ocultos, las nuevas teorías científicas abogan por otras hipótesis para respaldar el enigma sobre por qué soñamos:
Hipótesis clínico-anatómica
Según la hipótesis clínico-anatómica de los sueños, estos tienen su origen a partir de estímulos durante el sueño que vienen del exterior, así como recuerdos o cualquier estímulo que llegue al cerebro como, por ejemplo, un dolor de barriga o ganas de hacer pis.
Lo que sucede es que mientras estamos dormidos tanto la corteza motora, que es la que controla los movimientos de nuestro cuerpo, como el córtex prefrontal, que es el que controla el pensamiento y su coordinación, están desactivadas, por lo que sus funciones no se cumplen. No obstante, el hipotálamo, donde se crean y controlan las emociones, está rindiendo al máximo. Por lo tanto, los sueños serían pensamientos sin ningún tipo de filtro acerca de todos los estímulos que llegan al cerebro, que desatan emociones pero que no tienen lógica porqué nuestro cerebro no está coordinando los pensamientos.
Hipotésis de activación-síntesis
Por su lado, la hipótesis de activación-síntesis, que fue formulada por los psiquiatras de la Universidad de Harvard Hobson y McCarley, es una teoría que postula que los sueños tienen su origen por la voluntad del córtex prefrontal de dar una interpretación a toda la información dada por la actividad neuronal que hay en este órgano cuando dormimos. El problema es que cuando dormimos esta corteza está desactivada, lo que crea historias que no tienen sentido alguno.
En la actualidad esta es la teoría a la que los expertos le dan más validez, no obstante, siguen habiendo sobras y huecos que aún falta rellenar y que, con el tiempo, esperemos que nos sirvan para poder dar una explicación plena de lo que son los sueños y por qué ocurren.
Por qué no recuerdo los sueños al despertar
Aunque aún tengamos ciertas dudas sobre por qué soñamos, lo que está claro es que todos soñamos. Ahora bien, como es posible que hayan personas que recuerden casi todos los sueños y cada día te puedan decir lo que han soñado la noche anterior mientras que otras pierdan toda la información a la que abren los ojos. Ahora ya podemos decir por qué, y es que la ciencia a encontrado la razón por la que hay personas que recuerdan los sueños al despertar y otras que no.
Durante el estudio realizado por la publicación especializada Cerebral Córtex se hizo un análisis de los patrones del cerebro entre un grupo de personas que sí recuerdan sus sueños y otro grupo de lo que no los recuerda. Mediante la investigación se descubrió que, ya sea mientras dormían o mientras estaban despiertos, el grupo que sí recordaba los sueños tenía una actividad en el córtex prefrontal, el encargado de recibir los estímulos, mucho mayor que el que no los recordaba.
A su vez, esto también da una explicación a por qué las personas que sueñan más y lo recuerdan normalmente se despiertan muchas más veces por la noche y, frecuentemente, están más al tanto de lo que sucede a su alrededor mientras duermen.
Resumiendo, podríamos decir que aquellas personas que tienen un sueño más ligero son capaces de recordar mucho mejor los sueños, dado que permiten que queden registrados en su cerebro.
Cómo recordar los sueños
Hay algunos trucos que podemos utilizar para forzarnos a recordar nuestros sueños, de hecho, con el tiempo y la práctica podemos aprender a recordarlos mejor. A continuación te dejamos algunos consejos para que sepas cómo recordar los sueños:
Lleva un diario de sueños
- Coloca un cuaderno y un lápiz o bolígrafo al lado de la cama, siempre en el mismo sitio.
- Las hojas deben ser lisas para evitar que te distraiga, además, debes dejarlo abierto por una página limpia para no perder tiempo buscando.
- Anota primero los diálogos, las palabras suelen ser más fáciles de olvidar que las imágenes.
- Escribe absolutamente todo lo que recuerdes, incluso los detalles más triviales.
- Escribe no solo lo que has soñado, sino también las sensaciones que este sueño te ha provocado.
Ten un sueño reparador
Hay productos que afectan a la calidad de tu sueño y a la forma en la que los recuerdas después. Es por eso que antes de ir a dormir no debes:
- Beber alcohol
- Tomar fármacos
- Tomar drogas o sustancias psicotrópicas
- Haz una cena frugal al menos dos horas antes de ir a dormir
En el siguiente artículo de unCOMO te explicamos cómo tener sueños lúcidos.